Loro,
nombre común que se aplica a unas 340 especies de aves de brillante colorido
que incluye entre otros las cacatúas , los loritos, pericos, los agapornis, los
guacamayos.
También se
les conoce con el nombre de papagayos. Es un grupo muy homogéneo, con
características que no se pueden confundir con ningún otro tipo de aves.
El tamaño
de los loros presenta una gran variabilidad y va desde el lorito pigmeo cabeza
azul de nueva Guinea, que mide 8.4 cm. hasta el guacamayo jacinto de Sudamérica
de 1mt. de largo.
Dentro del
sistema que engloba a todos los pájaros, los loros constituyen un orden por
derecho propio Psitasiformes. Los cuales se han dividido en 12 familias
(Thomson1992). De las cuales hago énfasis en la subfamilia Amazoninae de la familia
de los aratínguidos por ser los que tienen mayor demanda como mascotas.
Algunos
autores no reconocen mas que a una sóla familia con un número variable de
subfamilias; otros en cambio distribuyen los loros entre cuatro o seis
familias. Estas interpretaciones fuertemente divergentes reconocen como origen
el hecho de que aún cuando la estructura básica del cuerpo es prácticamente la
misma para todos los loros, existe una gran diversidad por lo que concierne a
los detalles (Sibley 1972), al llevar a cabo sus análisis protéicos, también
descubrió unas variaciones considerables entre los diversos grupos
individuales. Una multiplicidad similar de formas, colores y desde luego
tamaños no se halla presente en muchos grupos de pájaros.
Desgraciadamente,
el número de éstas aves ha disminuido mucho debido a la importación y
exportación de aves silvestres legal o ilegalmente, por otro lado la reducción
del hábitat y la destrucción de los bosques son una de las causas por las
cuales a los loros se les considera una especie amenazada según el convenio
sobre comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestre
(CITES)
Características
Generales
La característica
típica de los pericos es su fuerte pico,
el cual es similar, por lo que a la forma respecta, al de un ave de presa. el
del loro, sin embargo se halla en una posición más elevada y también es más
corto y con mayor curvatura que el del ave de presa. Pero al igual que el de
ésta, presenta una estructura mate, conocida como "céreo" en la base
de su parte superior en la que queda incluidos los orificios nasales. En la
mayoría de las especies, la mandíbula superior que se presenta curvada como un
garfio, cuenta con varias muescas o ranuras horizontales. Su función en dual:
Facilitan la retención de semillas y al mismo tiempo, permiten aguzar el
reborde anterior de la mandíbula inferior.
La lengua
es gruesa y carnosa y en algunas especies se halla recubierta por unas papilas
fibrosas parecidas a un cepillo, que facilitan en poder de lamer néctares así
como zumos de frutas y secreciones de los árboles.
Dado que el
pico del loro también ha sido creado como elemento de ayuda para sujetar y
trepar, la mandíbula superior es extraordinariamente móvil.
Los loros
tienen el pico curvo, fuerte y ganchudo. Las alas suelen ser cortas,
redondeadas pero la cola puede ser bastante larga.
Algunas
especies, como el Kakapó de Nueva Zelandia han perdido la facultad de volar,
los dedos de las patas presentan una disposición cigodáctila, es decir dos
dirigidos hacia adelante y otra hacia atrás. Caminan torpemente sobre el suelo
pero son trepadores excelentes y emplean a menudo el pico a modo de garfio para
desplazarse entre las ramas. En el grupo de loritos la lengua es más larga y
termina en unas cerdas a modo de cepillo gracias a las cuales liban el néctar y
polen de las flores.
Otras
características típicas de los loros son las patas. Su tarso corto y robusto y
los cuatro dedos de su carnoso pie, de los cuales el primero y el cuarto se
hallan orientados hacia atrás mientras que el segundo y el tercero lo hacen
hacia adelante, constituyendo de este modo un órgano prensil particularmente
efectivo.
Los loros
son por regla general animales gregarios. Algunos de ellos crían en colonia, y
todos son estrictamente monógamos. Se alimentan predominantemente de semillas,
frutas, yemas, raíces y tubérculos. Unos pocos se inclinan por la miel , la
fruta y secreciones de los árboles. Incluso algunos se nutren de insectos,
lombrices, etc. Sus necesidades por lo que se refiere al agua son mínimas.
A excepción
de la especie que construye nidos (periquito cuáquero o monje) autónomos y
otras pocas especies que crían en el suelo o en cielo abierto (loros
campestres) acostumbran a nidificar en huecos de los árboles, de las rocas o
del suelo. Los huevos de todos los loros son de color blanco.
Los loros
tienen una potente voz, a menudo representada por un chillido. Los
pertenecientes a las especies de mayor tamaño lo profieren en un modo
ensordecedor. en cambio muchas de las especies de reducida dimensión emiten
unos sonidos bastante agradables, y el suave parloteo de alguno de ellos es muy
atractivo.
El gran
talento que poseen para hablar sobre todo en las especies de mayor tamaño, es
bien conocido, es decir que son capaces de repetir o imitar palabras del habla
humana, así como su capacidad para silbar una tonada o melodía. Existen
verdaderos artistas entre ellos capaces de adquirir un amplio vocabulario, y
que llegan a decir frases enteras.
Distribución
La zona de
distribución de los loros se extiende por todas las regiones tropicales del
mundo y algunas especies llegan a zonas templadas de los hemisferios norte y
sur. Las áreas de mayor diversidad son la cuenca amazónica, Centro América,
Australia, Nueva Guinea y las islas adyacentes. En Africa y el interior de Asia
viven relativamente pocas especies.
Entre las
especies más notables de América latina se destaca el choroy, exclusivo de
Chile, que nidifica en los árboles y busca su alimento en el suelo por lo que
pone en peligro los cultivos y es perseguido por los campesinos. Es de color
verde brillante con una mancha roja en el pecho.
Los más
comunes son los loros entre las especies que se localizan desde Venezuela y
Ecuador hasta el norte de Argentina están el loro cabeza negra, el de los
palos, el de cara roja y el de frente amarilla. Con una distribución más
amplia, desde México hasta Centroamérica e incluso hasta Súdamerica, están el
loro real, el guaro, el loro de penacho, el loro choclero, el del casquete
blanco, propio de la costa del golfo de México. El loro barranquero o trica que es la especie más meridional ya que viven en las regiones andinas y patagónicas de Chile y Argentina.
Alojamiento:
jaulas pajareras y aviarios
En términos
generales procede a señalar que las especificaciones para las jaulas de loros
son diferentes de las que corresponden a las que albergan a otras especies de
pájaros.
Por otra
parte, han de ser totalmente metálicas debido al instinto mordisqueados y los
poderosos picos con que cuentan muchas especies de loros. Sólo en
circunstancias excepcionales se podrá utilizar jaulas de madera, la cual ha de
ser de tipo duro, como la que se emplea en el caso de los pájaros que comen
semillas.
Por otra
parte debe tenerse en cuenta que muchas especies como en las de mayor tamaño,
como es lógico son capaces de desplazar los barrotes de metal con sus picos con
sus picos e incluso perforar una tela metálica ordinaria de reducida galga. Es
obvio decir que las bandejas deslizantes construidas de madera son totalmente
inadecuadas y que los recipientes para la comida y el agua han de ser
resistentes.
Es
importante, asimismo que las puertas de las jaulas cierren firmemente para que
éstos ágiles animales no puedan abrirlas con sus picos. Como cabe apreciar, es
mucho lo que conviene tener presente cuando se vaya a adquirir un loro. La
longitud de la misma debe ser como mínimo de 1 metro para las especies de menor
tamaño y no menos de 1.5 metros para los mayores.
No obstante
que como alojamiento permanente, una jaula de éste tipo resulta algo reducida y
sólo es apropiada si se permite volar al pájaro todos los días por la
habitación. Las jaulas construidas con barrotes de latón deben rechazarse,
incluso en el caso como ocurre con frecuencia hoy en día que hayan sido recubiertas
con barniz para evitar la formación de cardoncillo, resulta muy fácil para el
loro eliminar el barniz en un plazo de tiempo muy breve, aparte que puede
resultarle tóxico.
Las jaulas
individuales para alojar loros de gran tamaño generalmente cuentan con una
rejilla de galga algo grande, situada a corta distancia del fondo, lo cual
impide que el pájaro pueda llegar hasta él y ensuciarse. Lo que se olvida sin
embargo es que esto hace imposible la ingestión de arena y cascajo, elementos
éstos que todos los pájaros que comen semillas necesitan para triunfar en su
buche.
En estos
casos tanto la arena como el cascajo deben suministrarse valiéndose de un
instrumento especial. Se considera necesario, por tanto que no sólo el fondo de
la jaula esté recubierto de arena sino que de una piedra del tamaño de un huevo
de paloma se introduzca en la jaula para permitir al pájaro aguzar su pico.
También
conviene instalar, como percha, ramas sin descortezar, las cuales deberán
reemplazarse por otras tan pronto como hayan sido roídas en forma total por los
loros.
Asegurémonos
que estas ramas no hayan sido rociadas con productos químicos de ningún tipo o
que esté expuesto a los gases de automóviles.
Las jaulas
destinadas a alojar varios loros deben ser muy espaciosas; hay que tener
presente que en los casos en que varias parejas en que una misma o diferente
especie hayan de permanecer juntas, el adoptar precauciones extremas es una
necesidad, ya que los pájaros a menudo se muestras agresivos y malévolos,
incluso fuera de la época de cría. Cuanto mayor es la jaula, menor es el
peligro que se produzcan peleas, ya que resulta más fácil para los animales
mantenerse alejados unos de otros.
La forma
ideal de alojamiento es, por supuesto, un aviario o mejor todavía una pajarera
instalada al aire libre. En tal caso no sólo es más fácil conseguir unos buenos
resultados en la cría sino que los animales se muestran más sosegados y se
comportan con mayor naturalidad.
Cualquier
habitación que reciba los rayos del sol en algún momento del día resulta
adecuada para un aviario. Las lámparas que irradian calor deben aislarse,
estableciendo un cierto espacio de protección a su alrededor mediante una tela
metálica.
Si las
circunstancias lo permiten deberá construirse una pequeña repisa en donde los
animales puedan tomar baños de sol, sino también gozar de la lluvia, una
posibilidad ésta que algunos loros complace en grado sumo dado que no se bañan.
Que las
plantas se encuentren fuera de lugar de las pajareras en el que se alojan loros
es totalmente lógico, ya que no resistirán a unos picos como los suyos durante
mucho tiempo.
Conviene
instalar en cambio unos troncos por los que puedan trepar así como ramas de
diversos tipos. Todo ello debe fijarse de modo que los pájaros cuenten con
amplio espacio de vuelo.
Dado que a
algunas especies les gusta pasar la noche metidos en algún hueco o cavidad
deberán instalarse algunas cajas de nidificación incluso fuera de la época de
cría.
Debe
tenerse en cuenta asi mismo que algunas especies les gusta que las cajas se
encuentren en puntos bien iluminados, en cambio otras se inclinan por lo
contrario.
Introducir
plantas en una pajarera para loros en general emiten agudos chillidos, lo cual
no sólo ataca los nervios de su dueño sino que encima de todo puede convertirse
en una molestia para los vecinos. Por consiguiente resulta prudente, antes de
construir una pajarera, informarse acerca de si los miembros de la familia de
loros, a los cuales va destinada pueden, de hecho ser tolerados por los
vecinos.
En caso
contrario ello no sólo nos causará muchos problemas sino que todo nuestro
trabajo habrá resultado inútil.
Soporte
para loros
Los loros
domesticados, y sobre todo los grandes guacamayos, los amazónicos y las
cacatúas, pueden instalarse en un soporte especial durante el día y la noche.
La ventaja para el pájaro es que cuenta con mayor libertad de movimientos de la
que dispondría en la jaula, y para su dueño gozar de su visión sin estorbo
alguno.
Finalmente
no debe olvidarse el tronco para trepar. Se trata de una rama algo gruesa con
numerosas ramificaciones. De hecho resulta más agradable a la vista y ofrece
mayores posibilidades de entretenimiento para el pájaro que un soporte dotado
de perchas completamente lisas.
El que un
loro deba sujetarse al soporte (lo cual no es una forma recomendable de
tenerlo) o que se le pueda dar una completa libertad depende, principalmente de
su grado de domesticación, y como se comporta en su vuelo.
Cuidados y
mantenimiento
Un cuidado
y mantenimiento correctos no consisten meramente en proporcionar la dieta y el
alojamiento. Lo que es importante por encima de todo, es que el dueño del
pájaro sea conciente de la limpieza que éste requiere. Tanto del animal como
del lugar en que se encuentra. Lo que significa ayudar a nuestro pájaro a
mantenerse limpio, proporcionándole agua fresca todos los días, rociándolo por
lo menos una vez a la semana mientras al mismo tiempo, se mantienen las jaulas
y áreas de vuelo bien aseadas. También es de gran importancia mostrarse
vigilante en cuanto a los parásitos, en especial el ácaro rojo. Un control
efectivo de este azote ha dejado de ser difícil hoy en día, gracias a varios
insecticidas de calidad (siempre consulte al veterinario).
Aparte el
plumaje, también los pies requieren de una atención especial para evitar que se
produzcan inflamaciones. Respecto a éste las jaulas y las perchas deben
mantenerse limpias. En algunas especies de loros, el tejido córneo del pico
muestra tendencia a desarrollarse ya sea lateralmente o en su parte anterior.
En tales
casos, para que recobre su forma natural, necesita ser recortado cuidadosamente,
lo cual debe llevarse a cabo sin provocar hemorragias. Destaquemos, a éste
respecto que proporcionando ramas verdes al pájaro éste cuenta con la
oportunidad de mordisquear y roer, y así facilitar el desgaste natural de su
pico.
En algunos
casos las ramas también se convierten en un remedio contra la tendencia al
picoteo del plumaje, lo que a menudo reconoce como origen un estado de
aburrimiento. A éstos pájaros deben proporcionárseles amplias oportunidades
para el ejercicio físico.
Una parte
importante del cuidado correcto de los pájaros es la conducta adoptada por su
dueño respecto a ellos. Debe moverse en forma tranquila cuando se les aproxime,
evitando cualquier acción brusca. También debe evitar llevar sobre sí algo
llamativo con lo cual los pájaros no estén familiarizados. Así por ejemplo un
sombrero que de repente aparece sobre la cabeza de una persona en que los
animales han aprendido a confiar, puede provocar un estallido de pánico entre
los pájaros.
La gran
mayoría de los loros son muy gregarios, a diferencia de lo que ocurre con un
pinzón o incluso con un canario, los loros solamente se sienten felices si
están solos, si su dueño les presta atención durante todo el día. En aquellos
casos en que esto no resulte posible, no conviene tener pájaros que deban estar
solos, pues constituye un error tenerlos únicamente por su valor ornamental.
Ante todo
hay que tener en cuenta que un loro que esté solo, necesita acostumbrarse a su
dueño, a cuyo fin debe ser tratado no sólo en forma apacible sino prestándole
un afecto adicional, y la primera cosa que necesita acostumbrarse es a la mano
de un cuidador. Con la ayuda de toda clase de bocados que le complazcan, esto
no acostumbra a presentar ningún problema importante. También cabe mencionar
que al elegir un pájaro deberemos asegurarnos de que se trata de un ejemplar
joven , pues los loros que ya cuentan con algunos años a menudo se muestran
díscolos y tienden a oponer resistencia a todos los esfuerzos para
domesticarlos.
El hacer
uso de la fuerza, no constituye una solución pues con ella no se consigue
absolutamente nada. Trate al animal con cariño y afecto y verá muy buenos
resultados.
Tan pronto
como se ha conseguido domesticar al animalito, el dueño podrá enseñarle a
hablar, cantar o silbar tonadas musicales. Para enseñar a hablar a un loro debe
tenerse en cuenta que la palabra que desea que aprenda debe repetirse varias
veces en forma clara lo más a menudo posible. La capacidad de hablar de algunos
loros depende de la familia o especie, los amazónicos los cenagales y los
pertenecientes a la especie Ara poseen mayor talento.
La
capacidad de aprender de los machos es superior al de las hembras, pero al
dueño del animal le corresponde también buena parte de responsabilidad. Otro
hecho bien conocido es que algunos loros muestran una afinidad mayor hacia las
personas de sexo femenino mientras que otros se inclinan por las del sexo
masculino, sea como sea es un hecho real.
Incluso en
el caso de que un loro reciba el mejor de los cuidados posibles siempre puede
ocurrir que se ponga enfermo, coger un resfriado, por ejemplo apareciendo
abundante mucosidad o tos, o sufrir trastornos digestivos debido a haber comido
algo que no le haya sentado bien. Lo mejor será acudir al veterinario o al
especialista en aves.
Lo más
importante de todo es acariciar y demostrarle mucho afecto a nuestros animales
y especialmente a nuestro lorito ya que lo necesitan tanto como comer.
Nutrición
y Alimentación
Una dieta
correcta es algo absolutamente esencial para tener éxito en el mantenimiento de
los pájaros de compañía. Todo depende de la nutrición en primer lugar.
Lo que es
particularmente importante es que la comida se halle en buenas condiciones.
Por lo que
se refiere al las semillas deben estar siempre frescas. Los elementos constitutivos
principales de la comida para loros son las semillas que contienen hidratos de
carbono, tales como el mijo, el alpiste, la avena, y una diversidad de semillas
herbáceas. Para les especies de mayor tamaño deben añadirse a la lista de
semillas de maíz y girasol. Estas últimas deben suministrarse también a las
especies de menor tamaño, aun cuando en éste caso como suplemento de la dieta.
También
cabe darles cañamones pero al igual que ocurre con las semillas de girasol,
conviene que se haga con moderación, especialmente en el caso de especies de
menor tamaño ya que se trata de semillas oleaginosas y por tanto favorecedoras
del engorde.
Las
especies de mayor tamaño aprecian así mismo las frutas de cáscara dura, es
decir, todas las diferentes variedades de ellas: nueces avellanas, cacahuates,
piñones. El mijo, el alpiste y la avellana siempre deben proporcionarse
debidamente humedecidos y germinados.
El germen
de la semilla no sólo contiene vitaminas A, B, D, y E, sino también enzimas las
cuales son tan importantes como las vitaminas, y substancias estimulantes del
crecimiento, oligoelementos, minerales etc.
Las
verduras frescas son absolutamente esenciales si queremos que los pájaros se
mantengan sanos, entre las plantas esenciales se pueden mencionar la lechuga,
espinaca, ejotes, diente de león, jilipliegue, etc.
Todas las
verduras que se utilicen debes estar frescas de lo contrario se corre riesgo de
provocar trastornos intestinales. Las bayas y otras frutas constituyen una
necesidad para muchos loros. Debemos considerar como adecuada cualquier fruta
propia de la estación, incluidos dátiles, higos, uvas y plátanos. Tampoco deben
estar ausentes en la dieta las zanahorias.
Aparte de
las semillas también debe proporcionársele comida animal, esto resulta particularmente
importante durante la época de cría. En lugar de comida preparada, otras
alternativas pueden se crisálidas de hormiga frescas, los huevos duros, o pan
con elevado contenido de huevo.
El pan seco
o las tostadas, ambos empapados de leche constituyen así mismo un alimento
complementario muy popular. El calcio no debe estar ausente en la dieta y es
recomendable proporcionar cáscaras de huevo triturada o un preparado cálcico
comercial.
Como
comentario final a éste capítulo sobre alimentación conviene subrayar la
importancia que tiene ofrecer a nuestro pájaro una dieta tan variada y amplia
como sea posible. Debe destacarse que la administración continuada de
preparados vitamínicos pueden causar daño considerable a la salud.
Otra cosa
es que a los loros de gran tamaño se les da con frecuencia comida para consumo
humano. no hay nada equivocado en este proceder, siempre y cuando ésta comida
siente bien al pájaro, sin embargo bajo ninguna circunstancia debe recibir
comida que sea muy salada o contenga un exceso de especias.
Los loros se caracterizan por mostrar una
inclinación mas o menos pronunciada a roer. Resulta por ello necesario
proporcionarles ramas verdes que les permitan ejercitar el pico en este
aspecto. El grosor de las ramas dependerá de la especie a la que pertenezca el
loro. Los loros que se muestren
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